Han pasado setenta años desde aquel primero de abril de 1939, cuando se cierra por fin uno de los capìtulos más violentos de la Historia del sigio XX: la Guerra Civil Española. Un conflicto fratricida, aunque ya internacional, que anticipa, con sus trescientas mil victimas, el horror de la ùltima gran guerra civil europea, que estalló algunos meses después de ese mismo fatìdico año.
La partidpadón de los italianos en el conflicto los ve enfrentados en los dos bandos. Mas de tres mil, de los cuales seiscientos caeràn, se trasladan para defender la Repùblica, en las filas de las Brigadas Internadonales; y aproxi-madamente ochenta mil - cinto mil no volveràn - son los voluntarios de Mussolini. Alfonso Covone es uno de ellos. Originario de Salerno, clase 1913, se enrola a los veinte anos y supera ileso todas "las guerras del Duce", de Africa a Albania, hasta el conflicto mundial, pero sólo de la aventura espanola guarda recuerdos indelebles y fotogra-fias que lo atestiguan.
Una especie de bloc de notas en imà-genes: algo mas de sesenta, en peque-no formato - 8x5 y 6x4 - impresas en bianco y negro sobre papel "Leonar" y "Agfa Lupex", a veces con anotado-nes en la parte posterior, se acumulan a lo largo de los tres anos transcurri-dos en los rangos del Cuerpo de Tro-pas Voluntarias, enviado para apoyar a Franco en 1937. En enero de ese ano Covone Ilega a Espana, justo a tiempo para tornar parte en la Batalla de Gua-dalajara, y se quedarà hasta el final
18 de marzo..
de la guerra y la vuelta a casa, con el grado de sargento, en julio de 1939. En las fotografìas se descubre a un fotògrafo amateur experto, seguro en el control del aparato fotogràfico y do-tado de un naturai y notable sentido del encuadre y del momento, del instante corredo para tornar la foto. La tipologia de los sujetos varia, desde arquitecturas religiosas y monumenta-les, hasta los encuadres urbanos o ru-rales, desde los bombarderos en vuelo encima de las campafias de Burgos, a los blindados confiscadas al enemigo. Muchos retratos: de amigos, comilitan-tes, enfermeras y madrinas y los que tomo con curiosidad "etnogràfica", hasta dos - a cuerpo entero - de Franco, donde la frescura y la inmediatez de la instantànea se afiaden al valor histórico de las imàgenes, bien lejos del peligro de la retòrica fàcil, gracias a una espontànea y no por esto menos loable, sobriedad de reportero que le caracteriza.
Giorgio Pellegrini